Os presentamos una de las próximas casas que construiremos en Madrid, concretamente en Pozuelo de Alarcón. Una vivienda diseñada a medida de los gustos y necesidades de los futuros propietarios y de los condicionantes técnicos y estéticos de la parcela. Sin llegar a ser una casa que podríamos considerar clásica, la volumetría y el juego de cubiertas a varias aguas sí que transmiten un empaque que está a medio camino entre el clasicismo y la vanguardia arquitectónica combinando un acabado en pizarra en cubierta con un mortero acrílico en fachada que juega con la piedra de musgo en ciertas zonas como la chimenea.
Una casa de dos plantas
La idea de los futuros propietarios a la hora de sentarse con nuestro arquitecto a diseñar la casa de sus sueños era disponer de unas zonas comunes amplias, en la que se destaca un salón a doble altura que servirá de espacio lúdico, contando incluso con una mesa de billar. La luz natural penetra en la estancia a través de unos grandes ventanales que dan a ese salón la luminosidad característica de las viviendas construidas por Canexel. Anexo a él se encuentra una estancia más recogida que hará las veces de salón de uso habitual, teniendo ambos espacios salida directa al porche que ejerce de protagonista en el jardín ubicándose en la fachada noreste de la vivienda. Una orientación marcada por la forma y condiciones de la parcela.
Mucho más que un garaje en sótano
Una de las premisas que se establecieron es que la casa debía contar con espacio suficiente para alojar al menos dos coches y una motocicleta. Dado que se requería de mucha superficie para ello hacerlo en planta hubiese supuesto la ocupación de una excesiva cantidad de espacio, agotando de esta manera los porcentajes de edificabilidad y ocupación, por no mencionar las consecuencias en cuanto a las posibilidades de disfrute del jardín. Así, el diseño buscó que la vivienda se situase en la zona más amplia de una parcela triangular que, de otra forma, habría dado lugar a un diseño cuanto menos extraño, y soterrando el garaje y empleando la zona menos vistosa de la casa y del terreno como rampa de acceso a dicho lugar se consiguió un efecto de conjunto y un empaque en la combinación casa-terreno que se transmite por sí sola.