Alvar Aalto, arquitectura moderna orgánica

Villa Mairea Alvar Aalto

En su momento en este mismo blog le dedicamos un artículo al que es considerado por muchos el padre de la arquitectura moderna, el suizo Le Corbusier, pero hoy nos referimos al que viene a ser el gran maestro de la llamada segunda generación del Movimiento Moderno: el finlandés Alvar Aalto. Revolucionando desde la escena nórdica hasta la Bauahaus, Aalto es equiparado a los más grandes como el propio Le Corbusier merced sobre todo a su manera de afrontar los proyectos y solucionarlos.

Arquitectura moderna y local

Lo que identifica a la segunda generación de arquitectos modernos es su idea de incorporar los elementos de cada región o país a los preceptos de funcionalidad. En ese sentido, Aalto creía que las construcciones debían representar la cultura y la herencia de cada lugar y no sólo buscar la máxima eficiencia técnica. Tanto es así que evolucionó desde un funcionalismo puro hasta lo que se llamó arquitectura orgánica asumiendo una concepción de artista, con una gran influencia de pintores como Cézanne o Léger.

En esa evolución de estilo tuvo gran peso el hecho de su procedencia, y es que desde los países nórdicos se asumieron una serie de corrientes modernistas que se acabaron plasmando en la obra de Aalto. El romanticismo nacional de finales del siglo XIX, el clasicismo nórdico, la adopción del racionalismo y la llegada hasta el organicismo se plasman a lo largo de sus años de trabajo en la evolución del mismo. Si a alguien se puede comparar en esa evolución y esas formas que se adaptan al arquitecto más que el arquitecto a las formas es sin duda a Frank Lloyd Wright, admirado y seguido por el finlandés.

La concepción del proyecto

Al contrario que muchos contemporáneos, Aalto consideraba que el proyecto no finalizaba al empezar la construcción sino precisamente al terminarla. Y es que entendía que el propio proceso de ejecución, dentro de ese organicismo que caracterizaba su obra, sería el que fuese definiendo la forma final de la construcción. De hecho, aunque partirá de unos requisitos, siempre los apartaba antes de ponerse a trazar las líneas más sencillas posibles para la realización de la construcción. A partir de ahí sería la idiosincrasia de cada lugar, su cultura, las influencias locales y del entorno las que darían forma a través de la imaginación y el genio de Aalto.

En ese sentido echar un vistazo a las diferentes obras de Aalto demuestra que no se trataba de un arquitecto arquetípico ni constreñido por los dogmas. Cada uno de sus edificios tiene una personalidad propia y única y, sin duda, las construcciones modernas de hoy en día mucho le deben al desarrollo y la creatividad de este genio finlandés. Y si entramos en el ámbito del diseño de muebles nos sorprendería cómo nuestras viviendas actuales están decoradas en base a los preceptos de Aalto. Como muestra de su obra a continuación ofrecemos algunos ejemplos de la misma, desde la misma Finlandia a los Estados Unidos. E incluso desde la propia Fundación Aalto, en colaboración con Google, se ha impulsado la posibilidad de realizar visitas virtuales a alguna de sus obras.

Fuente: Alvar Aalto Museum

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