Son muchas las ciudades actuales que se enfrentan a grandes desafíos en lo relativo a las soluciones habitacionales y, en muchos caso, sin contar con espacio para hacerlo. Es por ello que de un tiempo a esta parte se ha desarrollado una innovadora solución para ampliar la oferta a un coste menor que la construcción de nueva vivienda desde cero: el aprovechamiento del vuelo o de la edificabilidad máxima permitida para hacer viviendas en azoteas que aprovechen recursos ya existentes. Son muchas las edificaciones en ciudades que son más bajas que las colindantes o que, simplemente, no tienen agotado lo que marca la normativa en cuanto a altura y superficie que se puede dedicar a vivienda, por lo que aprovechar ese margen puede resultar vital para la rentabilización del espacio urbano.
¿Qué ventajas tiene construir en azoteas?
Construir un edificio nuevo suele requerir una inversión importante a nivel público y privado. Se necesita asfaltado de calles y aceras para empezar, además de hacer llegar los servicios necesarios al edificio. Hablamos desde luz, agua o saneamiento hasta transporte público, colegios, comercios, etc. Sin embargo, si hacemos un aprovechamiento de edificios ya existentes los servicios e infraestructuras están ya allí y se pueden aprovechar al 100% de manera que no es necesaria esa inversión y gestión tanto pública como privada que requiere de recursos y de tiempo. Así pues, hablamos de una rentabilización del espacio mucho mayor que la típica rehabilitación de edificios.