La construcción de una vivienda unifamiliar no suele asociarse demasiado a las grandes ciudades. El terreno no tiende precisamente a sobrar y las zonas de chalets en centros históricos de las urbes ocupan cada vez menos manzanas a favor de altos edificios ya sean de viviendas o de oficinas. Por eso son muchos los que optan, en la medida de lo posible, por sacrificar esa localización en plena ciudad por emplazamientos en las afueras de las mismas o incluso en pueblos de los alrededores para así poder cumplir lo que es el sueño de muchos: hacerse una casa a medida cerca de la naturaleza.
Vivir en el campo
Quien más y quien menos ha soñado alguna vez con acercarse a la naturaleza. Todos pasamos en algún momento de nuestras vidas por ese momento en el que nos toca plantearnos si las comodidades que nos ofrece la ciudad mejoran la calidad de vida de los pueblos tranquilos que pueden no estar tan lejos de nuestro puesto laboral. En ese sentido hay quien no tiene más remedio que acceder a la urbe de turno cada día para llegar a su lugar de trabajo y, si bien es cierto que aún sigue siendo una misión complicada, cada vez existen más y mejores alternativas para acceder a esas ciudades desde fuera sin tener que sufrir los sempiternos atascos de acceso.
Por otro lado, es también cada vez más común el llamado teletrabajo, en el que el lugar de residencia es irrelevante para el desempeño laboral, o incluso quien, dada la naturaleza de su trabajo, puede permitirse no trabajar en una oficina; oficinas que, también es cierto, cada vez se encuentran más localizadas en zonas de las afueras de las ciudades. Por ota parte, también está quien directamente trabaja en el campo o en pueblos alejados del mundanal ruido. En esos casos el sacrificio del madrugón para meternos en un atasco directamente deja de existir y nos podemos dedicar a disfrutar de nuestra casa en el campo.
Una segunda vivienda
Hay quien, sin embargo, no quiere o no puede dejar de vivir en la ciudad pero sí le gusta disfrutar de una casa en el campo. No hay nada como combinar el ajetreo de la ciudad con un lugar en el que disfrutar de la naturaleza y el relax. Así, son muchas las familias las que optan por construirse una segunda vivienda a la que retirarse cuando llega el fin de semana o las vacaciones. En estos casos, frente a la vivienda habitual, se suele sacrificar el tamaño de los dormitorios a favor de más espacio en las estancias comunes y en los lugares sociales. Al final, sobre todo en España, lo que se hace los fines de semana es juntarse con familia y amigos y disfrutar de un buen rato; los dormitorios están, valga la redundancia, para dormir.
Si algo está claro es que, quien más y quien menos, disfruta de disponer de un espacio en el campo entre la naturaleza. Una casa de madera ofrece la posibilidad de disfrutar de un tipo de vivienda respetuoso con la naturaleza y que se fusiona a la perfección con el entorno. Estemos cerca de la playa o en plena montaña, una casa en el campo es el lugar perfecto para olvidarse del estrés y relajarse día sí día también. A continuación mostramos algunos ejemplos de casas de campo para retirarse tranquilamente a disfrutar.
Casa de campo de estilo rústico en Segovia
Esta vivienda se encuentra en plena sierra y disfruta de unas vistas y un entorno privilegiado. Al ejercer de segunda vivienda el diseño y la construcción del proyecto se llevó a cabo pensando en cómo se podría sacar el máximo partido a los fines de semana y las vacaciones. Se ha buscado priorizar las zonas sociales y que desde cualquier punto de la casa se pueda disfrutar del entorno.
Casa de estilo rural en el pirineo catalán
En Girona, en pleno Vall de Núria, encontramos esta casa que se asoma a unas fantásticas e incomparables vistas pirenaicas. Destaca en su arquitectura y en sus acabados el respeto por la tradición de la zona y la adaptación a un entorno rural sin dejar de lado las comodidades y ventajas de una vivienda moderna de lujo. Madera y piedra hacen de vínculo con esa herencia de la región que busca respetar.
Vivienda campestre moderna en Extremadura
En esta casa podemos ver la auténtica fusión entre el estilo más moderno y la concepción rústica de una vivienda. A pesar de contar con una cubierta plana y unos acabados de tipo minimalista, lo cierto es que la casa se enclava a la perfección en un entorno absolutamente rústico entre olivos y campos de labranza. Esta vivienda viene a ser la prueba de que cualquier diseño puede ser casa de campo.
Retiro rústico en Ávila
Una amplia casa (más de 400 m2) situada en una no menos amplia finca de 19 hectáreas que rodea la vivienda con campos castellanos. La planta baja está dedicada a los invitados y a la vida social en general, mientras que la superior es el espacio privado, el lugar donde se encuentra el dormitorio principal y una pequeña sala de estar propia. El exterior, por su parte, se basa en un estilo rústico tradicional.
Casa de campo en Barcelona
En la provincia de Barcelona encontramos esta vivienda que, con un estilo rústico, se adapta a la vida de los dueños sin dejar de lado las más modernas comodidades. Con un emplazamiento a medio camino entre la sierra y la ciudad, la casa se deja influir por el estilo catalán más tradicional para hacerlo suyo y surgir con personalidad propia. Un lugar de retiro y relax, pero también de vida.
Chalet con vistas en Castilla y León
En la provincia de Ávila nos encontramos con esta casa cuyo diseño se ha pensado para salvar un importante desnivel en la parcela. Las impresionantes vistas del río que transcurre frente al terreno se incorporan a la vivienda, que no hace más que jugar con la continuidad visual desde la entrada hasta el final de la parcela para que la naturaleza del entorno pase a formar parte del conjunto.
Chalet clásico en la sierra de Madrid
El clasicismo de esta vivienda, que recuerda a las cabañas rústicas de estilo americano, es quizá lo que la hace que, pese a sus colores vivos, se perciba como parte integrante del entorno natural en que se encuentra. Con un solo vistazo la casa transmite la sensación campestre y rústica de la sierra madrileña. La parcela, en ese sentido también acompaña a esa percepción con una frondosa vegetación.
Casa rústica de piedra en El Escorial
Con un diseño que no se aleja del imaginario colectivo en cuanto a lo que suele ser una casa serrana, esta vivienda se aprovecha del sistema constructivo para llegar ofrecer un aspecto totalmente adaptado a la arquitectura del entorno pero con un interior diáfano más propio de otras latitudes. La vida y la relajación se desprenden de un diseño que aprovecha al máximo las ventajas y condiciones de la parcela.