Certificación energética A, el gran objetivo

Certificación Energética A

En junio de 2013 entraba en vigor la directiva europea que obligaba a que toda casa que se pusiese en alquiler o a la venta contase con la etiqueta de certificación energética que, en definitiva, indicase cuán eficiente era dicha vivienda. Este compromiso legal ha hecho que salga a luz el bajo rendimiento energético de un alto porcentaje de las construcciones que se han realizado en España. Un aspecto que, si bien ha sido ignorado hasta ahora, empieza a ser vital a la hora de decidir cómo será la casa en la que queremos vivir.

Criterios a la hora de otorgar la certificación energética

Se sabe que cuanto más alta sea la calificación energética de una vivienda, que oscilará entre A y G, mayor será el ahorro energético y, por tanto, menor será la pérdida energética y mayor el ahorro económico. Esa certificación se otorga en base a los datos recogidos por un técnico en un dossier que debe contemplar los siguientes aspectos:

  • Aislamiento
  • Orientación
  • Zonas de sombra
  • Muros de fachada
  • Particiones interiores
  • Puertas y ventanas
  • Calefacción
  • Aire acondicionado
  • Agua caliente sanitaria
  • Antigüedad del inmueble

Situación española

En nuestro país partimos de la base de que más del 50% de las viviendas fueron construidas bajo una normativa que no exigía ningún tipo de aislamiento. Siendo éste uno de los principales factores en lo que se refiere a la eficiencia energética, se entiende que en torno al 28% de las casas certificadas cuenten con una certificación G, la más baja. Lejos de ser una excepción, lo cierto es que el mayor volumen de viviendas (un 45%) se encuentra clasificado en la E.

Podría parecer que encontrarse en el quinto escalafón es una muy mala noticia, pero lo cierto es que hasta 2007, el cumplimiento del CTE de manera pormenorizada daría lugar hoy en día a una certificación de este tipo. Es a partir de ese año cuando el Código Técnico empieza a exigir una serie de condiciones que hacen que, en caso de cumplir los mínimos que se estipulan, las viviendas deberían tener al menos una calificación D.

Máxima eficiencia

Como decimos, el mínimo que, cumpliendo el código técnico de la edificación, se debería conseguir es una calificación de D. Desgraciadamente, en la mayoría de los casos es sólo ese mínimo el que se consigue. De hecho, sólo el 4,3% de las viviendas tienen una calificación de A, B o C.

En Canexel siempre buscamos la máxima eficiencia en todas las viviendas que construimos. De hecho, lo más habitual es que consigamos una certificación A o B, en función sobre todo de la calefacción que cada cliente elija (si se elige, por ejemplo, caldera de gas, sólo se podría optar como mucho a una certificación de tipo B). Y es que nos tomamos muy en serio la eficiencia energética de nuestras viviendas.

Fuente datos: Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE)

4 comentarios para la publicación “Certificación energética A, el gran objetivo

  • Gemma Collado Jareño

    Me gustaría que me ampliaran un poco la información de las casas con precios orientativos para Menorca.
    Gracias

    1. Guillermo Valiente

      Hola Gemma, te contestamos por email. Un saludo

  • José Luis Farto Martínez

    Es decir; Guillermo, que el paso de B a A se obtiene instalando un sistema de calefacción basado en bomba de calor y ….? Pues el aislamiento es igual para todas.

    1. Guillermo Valiente

      Hola José Luis. También irá en función de condicionantes como la sombra, el asoleamiento, la orientación, las particiones interiores, etc. Y es que a veces, para los clientes, priman más los condicionantes estéticos y de distribución que el obtener una mayor certificación. Un saludo

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