Es importante distinguir entre un plano de inmobiliaria, el de tasación o un plano arquitectónico.
En nuestro caso, vamos a ver cómo hacer uno, que siendo técnico, sea fácil de comprender para el público final. Tengamos en cuenta los trabajos previos y saber que incluir en nuestro plano, a fin de hacer que sirva para informar y sea comprensible.
Tomar medidas
- Una buena cinta de medir es imprescindible. No se puede realizar un plano sin tener medidas exactas.
- Medir las distancias entre paredes de cada estancia.
- Medir grosor de paredes interiores, exteriores, la anchura de puertas y ventanas, la distancia entre los marcos y paredes.
- Medir el perímetro de las columnas y la distancia entre estas y las paredes.
- El tamaño más práctico y manejable para un plano es el DIN-A4.
Así, una vez tomadas las medidas nos ponemos a hacer el cálculo de escalas.
Qué debe incluir nuestro plano
Hay aspectos básicos que un buen plano debe cumplir, como las medidas y las divisiones, pero dentro de estos aspectos obvios hay otros también imprescindibles, tales como:
- La indicación de orientación. Normalmente, la norma es que la parte de arriba del plano siempre indique el norte. Pero debido a que la orientación real de la casa puede no estar en línea recta al norte o al oeste, es bueno indicar en alguna parte del plano un dibujo de los puntos cardinales que ayuden a identificar hacia donde señalan ciertas ventanas o entradas de la casa.
- Indicación gráfica de medición. Todo plano debe incluir una escala en cm. Siendo la idea la escala 1:50. Pero se debe incluir también una regleta gráfica que ayude a hacer los cálculos a simple vista.
- Colocar bien la mosca. La mosca es el pequeño dibujo o croquis que indica qué parte de la vivienda está representada en el plano, sobre todo cuando se trata de viviendas con varias plantas o zonas.
- La carátula explicativa. En un recuadro se debe colocar de manera visible la explicación del número de plano, la escala, la leyenda de materiales, superficies y el nombre del arquitecto o empresa que realiza el plano. Es como una tarjeta de visita y debe estar incluido en todas las hojas del plano, por si se separan, saber identificar bien esos importantes detalles.
Qué es mejor excluir
- Eliminar toda información superflua. El exceso de leyendas, anotaciones, cifras o dibujos de muchos muebles y otros detalles puede crear confusión y hacer parecer más pequeñas las estancias.
- Mejor dos que uno. Una acotación excesiva o un plano con todos los detalles técnicos suele abrumar y desorientar. Es preferible confeccionar dos planos con información diferente que uno demasiado cargado.
- Evitar los colores. Puede parecer buena idea pintar de diferentes colores las habitaciones o estancias, o diferenciar los materiales con colores, pero eso solo puede estropear la visibilidad del conjunto.
Además de todo esto, conviene consultar revistas de arquitectura para ver y copiar los métodos o detalles de los expertos, así daremos el toque profesional a nuestro trabajo.