Una de las características que más llaman habitualmente de las casas de madera suelen ser los porches y los decks o terrazas. Se trata de soluciones que facilitan la vida en el exterior evitando las inclemencias del tiempo, protegiéndonos de la lluvia o el sol en el caso de los porches, y que evitan que los jardines se vean afectados por un uso excesivo sin impedir que se pueda disfrutar de ellos todo el año.
Tarimas de exterior
Una vez que se ha decidido construir un porche o un deck, toca elegir tarima. Para ello, dos son las opciones más comunes como material para el suelo exterior. Por un lado, hay quien prefiere la madera composite. Se trata de un sustitutivo de la madera tradicional que no requiere de mantenimiento al estar formada por poliestilenos procedentes de envases reciclados.
Pero está también quien prefiere un estilo más clásico, para lo cual se suele elegir tarima de madera. Sin embargo, no todas las maderas son susceptibles de ser utilizadas para tarima de exterior. Si en el interior estamos acostumbrados a usar roble, fuera debemos optar por maderas tropicales como ipé, tumaru o teka. Si bien estos materiales requieren de mantenimiento para conservar su color y textura original, se adaptan perfectamente a exteriores y sufren mucho menos que otros tipos de madera.
Mantenimiento
A la hora de conservar en perfecto estado nuestra tarima de exterior son tres los consejos que inevitablemente se han de seguir:
- Limpiar, siempre con una lija suave, una vez al año.
- Aceitar también al menos una vez al año.
- En verano, con la subida de las temperaturas y el descenso de la humedad relativa del aire, se debe hidratar la madera. Algo que se puede hacer regándola con el mismo agua que se utiliza para regar el jardín.
Siguiendo estas simples directrices se alargará la vida y la belleza de cualquier tarima de exterior sin necesidad de renovarla cada pocos años.
