Las pérgolas son uno de los elementos arquitectónicos más polivalentes en lo que al exterior de una vivienda unifamiliar se refiere. Sus aplicaciones son muy variadas y, a la hora de construir una casa de madera, puede adaptarse a ejercer distintos papeles. Desde protector para el coche, a modo de garaje al aire libre, hasta como estructura de cenador, se trata de una opción estética y funcional que acaba convirtiéndose en elemento común en las casas de diseño hechas a medida por su versatilidad.
Origen de las pérgolas
Una pérgola, propiamente dicha, es un elemento arquitectónico y estructural. Se caracteriza por ser un corredor con una serie de pilares que soportan unas vigas longitudinales, también conocidas como durmientes, que sirven de unión entre los mencionados pilares. Sobre esas vigas se apoyan otras, llamadas cabios, que conforman un enrejado abierto. Se trata, por tanto, de una estructura sin techar que, tradicionalmente, se ha utilizado como soporte para plantas trepadoras.
Es una estructura cuyo origen se puede rastrear casi hasta los romanos. En latín la palabra pergula se usaba para referirse a un balcón con plantas. En el curso de la evolución etimológica, por un lado, en italiano pergula evolucionó en pergola y, según distintos linguístas, en castellano evolucionó hasta parra. No parece descabellado, máxime teniendo en cuenta que la parra es una planta que, efectivamente, suele verse enredada en torno a pérgolas.
En la Alta Edad Media se podían ver los llamados túneles verdes, que podrían considerarse una versión rústica de la estructura de pérgola que hoy conocemos. En su caso, las vigas de la parte superior de la estructura no eran tales, sino que se construía el enrejado combando los propios pilares, que generalmente eran de una madera flexible que permitía esa manipulación.
Las pérgolas han sido comunes a lo largo de la historia, pero si en algún momento han resaltado es sin duda en los jardines ingleses de los siglos XVIII y XIX. Todo aquel que era alguien en la alta sociedad británica contaba con una estructura de pérgola en su jardín privado. Hoy en día, sin embargo, su uso se ha extendido y son muchas las posibilidades que esta estructura ofrece.
Posibilidades de las pérgolas
Las pérgolas no sólo son un soporte para plantas trepadoras. Su uso, con o sin dichas plantas, está muy extendido en los jardines de viviendas unifamiliares y sus aplicaciones son múltiples. Hay quien sustituye un posible garaje por una sencilla pérgola. Cenadores o simples sitios de relax dentro de una parcela a menudo cuentan con la protección de una pérgola. En algunos casos, se adjunta directamente a la propia estructura de una casa y la estructura sirve para la colocación de toldos u otras coberturas, ejerciendo, por así decirlo, de sucedáneo de porche.
Todos los materiales son susceptibles de ser utilizados para su construcción y casi infinitos son los usos que se les pueden dar. Paseos marítimos, parques o plazas públicas habitualmente se ven poblados con estas estructuras. Pero, si algo viste un jardín privado, si algo se adapta a cualquier entorno y a cualquier gusto es sin duda una pérgola de madera.
Fuente Fotos: Talianko Design Group, Fine Decks Inc, Waterman and Sun y Farinelli Design